“Madre Pepa”
-¿Estás seguro? –preguntó retóricamente ella mientras desplegaba las alas y le hacía un gesto inequívoco al hombre para que se acercara.
Durante los siguientes cincuenta años, en tanto las alas no se quebraron, siempre volaron juntos.
Hoy, ya octogenarios, caminan uno al lado del otro, apoyados en sendas muletas.
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