El dolor era como fuego puro, con una pierna fracturada ,un hombro dislocado y una costilla rota clavándose en mi pulmón, lograr emerger la cabeza fuera de aquella vorágine de espuma blanca por segunda vez, fue todo un triunfo. Recordé lo que había pasado con una fugaz y agónica claridad; fue mi carácter rebelde el culpable.. ¿ o fui yo mismo el que me mató?, inhalé otro sorbo de aire, parecía me quemaba pero.. por dios que no recordaba nada tan bueno!!, entonces una nueva montaña, mezcla de agua y blanca espuma, me cayó encima,me hundió y me golpeó con otra piedra sumergida del espigón en la pierna fracturada, fue un bonito golpe que envió a mi angustiado cerebro, un millar de dolorosas agujas de dolor, eso afinó mis sentidos, (¿ curioso no?). Y descubrí que, ahora sí, con la velocidad que me sumergía no había solución ,el mar se me tragaba de manera imparable.
Mi mente volvió atrás, dios… una eternidad de tan solo 2 minutos ¡!!!¡, recordé que unos instantes antes había llegado al rompeolas con mis padres… el mar era un infierno pero yo había insistido tanto para ver el temporal que pataleé, lloré y grité, como aquel niño crecido de 17 años que era, para que me acercasen al espigón del muelle.. Antes de bajar, mi padre me hizo prometer que lo vería desde allí, que tendría mucho cuidado.
Tan pronto como abrí la puerta del coche salí como siempre, caprichoso y en tromba, corriendo por el malecón, feliz por poder llevar la contraria y enfadar a mis padres recorrí unos escasos15 metros con sus chillidos a mis espaldas hasta que solo puede oír infernal trueno que se acercaba por mi izquierda; luego, la montaña de agua y el frío, los golpes por las piedras del espigón, mientras era arrastrado hacia el mar …y un mágico flashback cuando, a través de un surrealista pasillo entre la espuma, pude ver los rostros desencajados de mis padres y mi hermano…toda una despedida… Ahora, cuando aspiro una bocanada, no es el aire lo que llega a mis pulmones, si no agua y espuma y mientras una sombra negra se hace mayor ante mis ojos a pesar de la claridad del mar..la sombra de la muerte, se que se acerca el fin y me arrepiento de no ser más que un niño egoísta, caprichoso, tozudo, malcriado… y a saber cuántas cosas más…, pero sobre todo ,de haber perdido la oportunidad de poder amarlos, de decir cuánto les quería, de pedir perdón ,porque sabía que no sólo iba a morir yo, también les estaba condenando a una vida de amargura, … ahora ya es tarde ,sólo deseo que ,guiados por un amor y cariño hacia mí y que siempre fingí no corresponder ,ninguno se arrojase a la muerte segura para “salvarme” y siguiese mis dramáticos pasos……ADIOS,SIEMPRE OS QUISE,NUNCA OS LO DEMOSTRÉ LO SUFICIENTE…
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