El valiente Hércules, artífice de incontables hazañas, protagonista indiscutible del heroísmo griego y ejemplo extraordinario del vigor y la valentía que todo varón desearía para sí mismo combatía al pie de una montaña contra un feroz guerrero llamado Superman. La astucia en combate de su oponente era despiadada, su fuerza física inalcanzable, su cuerpo indestructible y su velocidad endiablada. Así que, cuando al borde de la muerte, a causa de las múltiples heridas con que su rival le habría premiado, se vio obligado a elegir entre la vida o la muerte, seguir o no luchando para salvar su orgullo e imagen pública, una luz, una chispa de sabiduría se encendió en su interior obligándole a elegir la vida, por lo que dejó que el rayo de su oponente penetrara en su cuerpo atravesándole el corazón.
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