Mi corazón palpitaba como una máquina de vapor. Sentía como el sudor
resbalaba por la cara. El deseo
convertido ahora en vicio corroía todo mi
ser. Calor, hacía mucho calor. Mi lengua buscaba desesperadamente
fundirse en su boca para entrelazarse en un beso interminable. Su
cuerpo y el mío convertidos en una bola inconexa de miembros
ansiosos de placer.
Solo unos segundos más, era todo lo que pedía en esos momentos de
lujuria. Que delicia estar tan cerca de volver a tener un …
Pspsps. De repente, se apagó la luz y ella ya no
estaba allí. Tumbado, desnudo
con las gafas de realidad virtual, había perdido la maldita conexión
que me dejaba tirado en la cuneta. De nuevo abandonado, necesitado y
solitario de tanto supuesto amor, aparente, irreal… imaginario.
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